Sergio Pedrero Santos
Director y cofundador Unidad de Reproducción AISH

N

Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia

N

Formación especializada en Embriología y Andrología en el Hospital Universitario La Fe de Valencia

N

Especialista Embriólogo Senior

N

Máster en Reproducción Humana Asistida organizado por la Universidad de Sevilla

N

Director de laboratorio de fecundación in vitro de Policlínica San Mauricio, Clínicas Recoletos y en Clínica Serman

N

Miembro de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR)

N

Más de 20 años de experiencia en el campo de la Reproducción Asistida, siempre en la medicina privada

Conoce más sobre Sergio Pedrero

¿Por qué decidiste dedicarte al mundo de la reproducción asistida?

Siempre tuve claro que quería tener hijos y, cuando terminé la carrera de biología, entre las diferentes opciones, la que más me atrajo a nivel profesional y personal fue poder ayudar a aquellas parejas o mujeres a lograr ese sueño que yo siempre tuve, ser padre.

¿Por qué es tan importante el trabajo que se realiza en un laboratorio de reproducción asistida?

En el laboratorio es donde «nace la vida». Digamos que a los embriólogos nos gusta que nos digan qué hacemos magia con los ovocitos y los espermatozoides.

¿Por qué se dice que un laboratorio es el verdadero corazón de una clínica de reproducción asistida?

El laboratorio de Fecundación in Vitro es la cocina de un restaurante. En él se mezclan los ingredientes, que por sí solos no dicen mucho, pero cuando unas buenas manos los manipulan crean platos únicos.

¿Qué destacarías qué hace a AISH diferente?

AISH nace de dos profesionales con más de 20 años de experiencia dirigiendo equipos de reproducción, que deciden, en lugar de seguir en proyectos de otros, crear su propia Unidad de Reproducción Asistida y transformar toda la experiencia vivida en una manera de hacer reproducción enfocada a los pacientes.

 

Nos gusta escuchar, dialogar, intercambiar ideas con los pacientes y, sobre todo, no cerrarnos a ninguna opción.

Sergio Pedrero Santos
Director y cofundador Unidad de Reproducción AISH

N

Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Valencia

N

Formación especializada en Embriología y Andrología en el Hospital Universitario La Fe de Valencia

N

Especialista Embriólogo Senior

N

Máster en Reproducción Humana Asistida organizado por la Universidad de Sevilla

N

Director de laboratorio de fecundación in vitro de Policlínica San Mauricio, Clínicas Recoletos y en Clínica Serman

N

Miembro de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (ASEBIR)

N

Más de 20 años de experiencia en el campo de la Reproducción Asistida, siempre en la medicina privada

Conoce más sobre Sergio Pedrero

¿Por qué decidiste dedicarte al mundo de la reproducción asistida?

Siempre tuve claro que quería tener hijos y, cuando terminé la carrera de biología, entre las diferentes opciones, la que más me atrajo a nivel profesional y personal fue poder ayudar a aquellas parejas o mujeres a lograr ese sueño que yo siempre tuve, ser padre.

¿Por qué es tan importante el trabajo que se realiza en un laboratorio de reproducción asistida?

En el laboratorio es donde «nace la vida». Digamos que a los embriólogos nos gusta que nos digan qué hacemos magia con los ovocitos y los espermatozoides.

¿Por qué se dice que un laboratorio es el verdadero corazón de una clínica de reproducción asistida?

El laboratorio de Fecundación in Vitro es la cocina de un restaurante. En él se mezclan los ingredientes, que por sí solos no dicen mucho, pero cuando unas buenas manos los manipulan crean platos únicos.

¿Qué destacarías qué hace a AISH diferente?

AISH nace de dos profesionales con más de 20 años de experiencia dirigiendo equipos de reproducción, que deciden, en lugar de seguir en proyectos de otros, crear su propia Unidad de Reproducción Asistida y transformar toda la experiencia vivida en una manera de hacer reproducción enfocada a los pacientes.

 

Nos gusta escuchar, dialogar, intercambiar ideas con los pacientes y, sobre todo, no cerrarnos a ninguna opción.