La endometriosis supone hoy en día unos de los problemas más importantes que afectan a la fertilidad de las mujeres.
De hecho, se estima que cerca de un 10% de las mujeres sufre endometriosis. Por desgracia, estamos ante una enfermedad que es hasta cierto punto todavía desconocida, sin una curación o tratamiento determinado, pero cuyos síntomas pueden llegar a confundirse con los propios de la menstruación y realmente comprometer el día a día de las mujeres que la sufren.
Por suerte, cada vez existe mayor concienciación sobre esta enfermedad.
Durante todo el mes de marzo se pretende visibilizar y normalizar una enfermedad que afecta cada año a miles de mujeres.
¿Qué es la endometriosis y cómo afecta a la fertilidad?
La endometriosis es el crecimiento de tejido endometrial (el propio del endometrio) fuera del útero, por lo general en la cavidad pélvica. La aparición de este tejido en un lugar que no es propio puede provocar dolores extremadamente fuertes, así como un dolor crónico que pueden llegar a dificultar el día a día de las mujeres que la sufren.
Uno de los grandes problemas con los que nos encontramos en nuestra consulta es el propio desconocimiento de muchas mujeres de los síntomas de la enfermedad. Es relativamente común encontrarnos con pacientes que han confundido durante mucho tiempo los síntomas de la endometriosis con los de la menstruación. Sin embargo, se trata de una enfermedad que puede ser progresiva, por lo que el dolor, síntoma principal de la enfermedad, puede ir en aumento.
Como hemos mencionado, todavía hoy existen dudas sobre el origen de la aparición de la enfermedad, así como sobre cuál es el mejor tratamiento y diagnóstico que nos ayude a hacer frente a la enfermedad y, sobre todo, a mejorar la calidad de vida de las mujeres que sufren la endometriosis en su forma más severa.
Si nos centramos en su relación con la fertilidad, en los casos más graves, la endometriosis sí es una enfermedad que puede dificultar las opciones de lograr el embarazo al afectar este crecimiento del tejido endometrial, fuera de su lugar, tanto a los ovarios como a las Trompas de Falopio.
En el primer caso, cuando los ovarios se ven afectados, la endometriosis puede influir en que nos encontremos con problemas de ovulación. Cuando nos referimos, por ejemplo, a problemas en las Trompas de Falopio, por lo general, estos “quistes” impiden que el óvulo realice su recorrido a través de las trompas y, por tanto, no pueda tener lugar la fecundación por los espermatozoides.
¿Me puedo quedar embarazada con endometriosis?
Es importante destacar que la endometriosis es una enfermedad que podríamos considerar benigna. Como hemos visto, el principal síntoma es el intenso dolor durante la menstruación y en los casos más comprometidos, las dificultades para lograr el embarazo por el propio crecimiento del tejido.
De hecho, se calcula que entre el 30% y el 40% de las mujeres que la sufren, pueden tener dificultades para lograr el embarazo de forma natural, pero no exime de que sí se pueda lograr.
No obstante, resulta fundamental diagnosticar cuanto antes la enfermedad de forma que podamos estudiar hasta qué punto puede afectar o comprometer la fertilidad y las opciones de lograr el embarazo, así como orientar a la paciente sobre sus opciones reproductivas futuras.
En esta situación, y más cuando la paciente no supera los 35 años, es muy recomendable optar por la preservación de la fertilidad para aumentar las posibilidades de lograr el embarazo.
Anteriormente hemos explicado cómo la endometriosis puede afectar en la ovulación, por lo que es buena opción mantener los óvulos congelados por si no se produjera el embarazo de forma natural.
Llegado el caso, al tener sus óvulos congelados con la mejor calidad posible, podemos fecundarlos en nuestro laboratorio con una muestra de semen de su pareja, en caso de tenerla, o bien con semen de un donante, como parte de un tratamiento de Fecundación in Vitro.
¿Tiene tratamiento la endometriosis?
Por desgracia, la endometriosis sigue siendo una enfermedad bastante desconocida a pesar de todos los estudios e investigaciones que se realizan al respecto.
Por lo general, los tratamientos suelen ser farmacológicos orientados a mitigar sus efectos y mejorar la calidad de vida de la paciente.
En los casos más graves, en los que encontramos un crecimiento desmesurado que llega a incapacitar a la paciente, puede optarse por practicar una cirugía que ayude a eliminar ese tejido, aunque no garantiza que no vuelva a aparecer.
Cabe recordar y reforzar el mensaje de la importancia de acudir a un especialista a la más mínima sospecha de que podemos sufrir la enfermedad para realizar un diagnóstico y pautar el mejor tratamiento lo antes posible.
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