Cuando hablamos de parejas o mujeres con problemas para lograr el embarazo, por lo general, siempre pensamos en la búsqueda del primer hijo.
Pocas veces caemos en la cuenta de cuantas mujeres o parejas que ya han tenido embarazos previos y que se han desarrollado con toda normalidad, buscan ampliar la familia y no consiguen ese nuevo embarazo.
Cuando esto sucede, por lo general, hablamos de un caso de “infertilidad secundaria”, que puede estar sobrevenida por diversos factores.
Os contamos los principales motivos.
¿Qué es la infertilidad secundaria?
Infertilidad secundaria es el nombre que reciben los casos en los que una mujer no consigue volver a quedarse embarazada, aunque previamente haya gestado sin ningún problema.
Es cierto que en las mujeres o parejas que lo sufren suele generar cierto desconcierto ante esta situación, en especial en aquellos casos en los que no ha habido ninguna patología o problema previo que haya afectado a su fertilidad.
Cuando una pareja recurre a nosotros cuando no consiguen este nuevo embarazo, es necesario realizar toda una serie de pruebas que nos permitan diagnosticar cuál es el problema que lo impide.
Por lo general, las causas que dan lugar a esta infertilidad secundaria, son los siguientes:
- Embarazos previos:
No debemos olvidar que, vivir un embarazo y un parto, es algo realmente duro y agresivo para el cuerpo de una mujer por lo que, en algunos casos, podemos encontrar “secuelas” posteriores.
Es relativamente común que después del parto se puedan haber creado adherencias dentro el útero o se haya producido alguna infección posterior que pueda haber afectado a las Trompas de Falopio obstruyéndolas.
Infertilidad por causas médicas:
- Problemas causados por procesos médicos:
Como hemos dicho, un parto puede llegar a ser muy agresivo con el cuerpo de una mujer y puede dar lugar a que aparezcan complicaciones durante el mismo, incluso situaciones en las que el equipo médico debe intervenir de forma urgente como puede ser una cesárea o complicaciones que requieran una intervención quirúrgica.
En algunos de estos casos, los órganos reproductivos de la mujer pueden verse afectados.
Al margen existen ciertos tratamientos farmacológicos como la radio y la quimioterapia que afectan de forma directa a la fertilidad de las pacientes limitando de forma severa su fertilidad.
- Problemas en la ovulación:
El cuerpo de la mujer puede sufrir cambios que afecten a su ovulación y, por tanto, no pueda tener lugar el embarazo.
En este punto, no nos referimos solo a la edad y su relación con la cantidad y la calidad de óvulos que produce cada mes. Por ejemplo, los periodos de estrés prolongado, así como el aumento o la pérdida de peso de forma rápida, también pueden afectar de forma negativa a la ovulación.
- La edad de la mujer:
Como os hemos contado en anteriores ocasiones, el problema más frecuente con el que nos encontramos muchas veces en las clínicas, es la edad de la paciente.
Cada vez es más importante que las mujeres conozcan y se conciencien de que, conforme pasan los años y su edad avanza, sus opciones de lograr el embarazo de forma natural, o incluso con óvulos propios, empiezan a ser menores.
Alrededor de los 35 años, tanto la calidad como la cantidad de sus óvulos comienza a descender. Este descenso es muy notable a partir de los 37 años y podemos decir que crítico sobre los 40, momento en el que las opciones de lograr el embarazo sin la ayuda de la Medicina Reproductiva son muy escasas.
En este punto, desde AISH recomendamos cada vez más que, al menos, las mujeres que tienen la certeza de querer ser madres, aunque no sea este el mejor momento y decidan retrasar la búsqueda del embarazo por motivos económicos, laborales o sociales, conozcan la posibilidad de preservar su fertilidad para poder decidir en el futuro el mejor momento para ser madre y poder serlo con sus propios óvulos.
¿Qué tratamientos son los más efectivos en los casos de infertilidad secundaria?
Es importante destacar, en este punto, que los problemas asociados con la infertilidad secundaria son los mismos que cualquier mujer o pareja que no logren el embarazo.
Independientemente de si nunca ha estado embarazada o sí, los problemas que hemos visto anteriormente pueden afectar a cualquier mujer a lo largo de su vida reproductiva.
Por lo tanto, si hablamos de los posibles tratamientos que nos pueden ayudar a lograr el embarazo, lo primero que deberemos hacer es un diagnóstico personalizado de la salud reproductiva de la mujer, y de su pareja si la tiene, para poder determinar cuál es el problema y tratamiento con el que vayamos a tener un mejor resultado.
Los tratamientos de Fecundación in Vitro (FIV) son los que mejores resultados ofrecen en estos casos. Para ello, extraemos los óvulos de la mujer para seleccionar los que presentan mayor calidad, y los fecundamos con una muestra de semen de su pareja o de un donante en caso de que no tuviera o la calidad fuera baja.
En los casos, por ejemplo, de ausencia total de ovulación, podemos recurrir a los óvulos de una donante para la Fecundación in Vitro y de esta manera, que la mujer pueda gestar su embarazo.
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